Dos caras de la misma moneda: El dilema de la crisis social y el camino de la triformación

La complejidad del mundo actual a menudo nos deja con la sensación de estar a merced de fuerzas que no podemos controlar. 

La complejidad de nuestro entorno nos hace sentir a menudo que estamos a merced de fuerzas que escapan a nuestra planificación y control. Recientemente, dos videos me han resonado profundamente con este sentimiento, y he encontrado en ellos una perspectiva fascinante que quería compartir. Aunque a primera vista sus temas puedan parecer meramente filosóficos, he llegado a la conclusión de que sus ideas son fundamentales para cualquier persona interesada en la gestión y la estrategia. Si lo pensamos bien, los grandes desafíos sistémicos que nos rodean no son ajenos a nuestras organizaciones; por el contrario, se manifiestan directamente en la toma de decisiones, la cultura y la forma en que pensamos el futuro de cualquier proyecto.

El primero, de Darin McNabb, y el segundo, de Granja VegaTorralba Bio, abordan la misma crisis social, pero juntos ofrecen una visión completa del problema y su posible solución.

  

El diagnóstico es claro y abrumador: la sociedad enfrenta una "policrisis" de carácter existencial. Darin McNabb la describe con la potente metáfora de Moloch, un antiguo dios cananeo que simboliza un sistema voraz y autónomo que devora todo a su paso. 

En su visión, este "Moloch" es el capitalismo global, al que compara con una inteligencia artificial no alineada con los intereses humanos. Es un análisis particularmente curioso y profundo, pues argumenta que este sistema ha adquirido una vida propia, una especie de superinteligencia colectiva. Al igual que una IA programada con un único objetivo, el capitalismo se rige por la máxima de maximizar la ganancia sin considerar externalidades como la degradación ambiental o el bienestar social. 

La "trampa multipolar" que describe McNabb es, en esencia, la manifestación de esta IA: un ciclo sin fin donde cada actor, al buscar su propio beneficio, se ve arrastrado por una lógica que perjudica a todos, un ciclo que nadie desea, pero que nadie puede detener.

Este análisis filosófico nos obliga a reconocer la magnitud de nuestra desesperanza. Pero, ¿qué hacemos con esta lucidez? La respuesta no está en la resignación. Aquí es donde el segundo video, sobre la triformación social, se convierte en un faro. Propone que, si bien el sistema global parece inamovible, el cambio debe comenzar a pequeña escala: en la vida de cada individuo, en las empresas y en las comunidades.

El enfoque de la triformación, basada en la filosofía de Rudolf Steiner, se presenta como una hoja de ruta para sanar esta "enfermedad social". En lugar de ser un sistema monolítico, la sociedad se divide en tres esferas autónomas:

  • La esfera jurídico-política, regida por la igualdad.

  • La esfera económica, regida por la fraternidad.

  • La esfera cultural, regida por la libertad.

El problema de nuestro tiempo, como se señala, es que la esfera económica ha roto el equilibrio, aplastando a las demás. La solución, por lo tanto, es recuperar la autonomía y el protagonismo de las otras esferas. Esto no se logra con una revolución a gran escala, sino con acciones conscientes y cotidianas. En este punto, el video de Anna dal Paso lanza una advertencia sobre el riesgo de delegar nuestra creatividad y nuestras decisiones a la inteligencia artificial, la cual, por su naturaleza, solo puede basarse en datos del pasado y no tiene la capacidad de intuir el futuro como lo hace el ser humano.

La conexión entre ambos mensajes es evidente: el pesimismo filosófico de McNabb es la base para el optimismo práctico de la triformación. Si el sistema es un Moloch que devora la fraternidad y la libertad, y que está siendo acelerado por la tecnología, la única respuesta racional es la acción individual y comunitaria. La iniciativa de las asociaciones de productores y consumidores que se menciona es un ejemplo perfecto de cómo aplicar la fraternidad en la economía, creando un microsistema inmune a la lógica destructiva del "Moloch".

En última instancia, el coraje que propone la triformación es el antídoto al diagnóstico de la inteligencia que nos ofrece McNabb. Nos recuerda que, si bien puede ser imposible derribar al "gigante", podemos empezar a construir nuevos jardines fértiles, uno a uno, fuera de su sombra. El futuro no está perdido; simplemente, su construcción ha vuelto a nuestras manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario